Texto: Carlos Leal
Fotos: Archivo

Woody Allen recibe el premio Príncipe de Asturias
Tema de Cinefilia: Annie Hall
Woody Allen, cómico de cabaret


 

 

Diez motivos para una trayectoria singular

La filmografía de Woody Allen, reciente ganador del Príncipe de Asturias de las Artes, gira en torno a una serie de temas recurrentes

6. La magia: De niño, Woody Allen estaba fascinado con la magia. A ella le dedicó en 1981 una de sus obras de teatro, The Floating Light Bulb, que llegó a representarse en Broadway. Además, la magia se ha convertido en uno de los temas claves del cine de Woody Allen a partir de los años 90; en Alice, ayuda a Mia Farrow a superar la contradicción entre razón y sentimientos, mientras que en Sombras y niebla aporta una interesante solución a la trama. Muchas de sus últimas películas incluyen elementos mágicos, desde Desmontando a Harry hasta La maldición del escorpión de jade, en la que Woody Allen y Hellen Hunt son hipnotizados por un extraño mago oriental que controla sus mentes a través de las palabras Madagascar y Constantinopla.

Woody Allen7. La religión: "Las religiones son como clubs, exclusivistas todas. Fomentan el concepto de los nuestros para que sepas a quién odiar". Eso al menos es lo que piensa Harry Block, el protagonista de Desmontando a Harry, un escritor nihilista convencido de que el mundo sería un lugar mejor si los líderes de todas las religiones no pensaran que tienen línea directa con Dios. Años atrás, en Hannah y sus hermanas, Woody Allen ya había recorrido todas las creencias posibles en busca de un significado para el universo, desde el catolicismo hasta los Hare Chrisna. Su conclusión resulta insatisfactoria, aunque sincera: "¿Y si no hay Dios y el universo no tiene sentido? ¿Es que no te interesa la experiencia?".

8. El amor: "Las relaciones son como tiburones, tienen que avanzar continuamente o si no mueren". Las películas de Woody Allen están llenas de relaciones que nacen y mueren, de personas que se enamoran siempre del más inconveniente, de adulterios, de divorcios, de ex maridos y de ex mujeres. Quizás Mariel Hemingway tenía razón en Manhattan cuando afirmaba que quizás todos estamos diseñados para tener varias relaciones satisfactorias a lo largo de la vida. En todo caso, Woody lo sigue intentando porque, como el personaje del chiste que cuenta al final de Annie Hall, necesita los huevos.

La ultima noche de Boris Gruschenko9. La muerte: "No es que le tenga miedo a morir, es que no quiero estar allí cuando suceda". La muerte es otro de los temas recurrentes en la filmografía de Woody Allen, un elemento que subraya la irracionalidad de la existencia humana. Así, cuando en Annie Hall comienza a salir con Diane Keaton le regala dos inmensos volúmenes sobre la muerte, en los que se apoya para exponer su teoría que divide el mundo entre lo horrible y lo miserable. Curiosamente, el personaje que interpreta Woody Allen sólo ha muerto en una de sus películas, La última noche de Boris Gruschenko (originalmente titulada Amor y muerte). En ella, Boris muere fusilado para que Allen pueda bailar a sus anchas con la Muerte, en un homenaje-parodia a El séptimo sello, de su idolatrado Ingmar Bergman.

10. Los intelectuales: Woody Allen disfruta cultivando una imagen poco intelectual de sí mismo. A menudo se presenta como un tipo que prefiere ver un partido de baloncesto por televisión que asistir a una reunión de la élite cultural neoyorquina. "Los dos grandes mitos sobre mí es que soy un intelectual porque llevo gafas y que soy un artista porque mis películas pierden dinero", sostiene.

   

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