A lo largo de los últimos cuarenta años,
el cineasta Norman Jewison se ha labrado una trayectoria consistente
y plena de interés, defendiendo su independencia creativa
en un entorno como el de Hollywood, poco proclive a los arrebatos
autoriales. Ahora, el Festival de Sevilla Cine y Deporte reconoce
la coherencia de este director y productor canadiense concediéndole
el Giraldillo de Oro y programando un ciclo que recoge sus dos
únicas películas que se aproximan al fenómeno
deportivo, el clásico de la ciencia-ficción Rollerball
y el drama social Huracán Carter.
Como
la mayor parte de los cineastas de su generación, Norman
Jewison comenzó su trayectoria en el mundo de la televisión
a principios de los años 50. Por entonces, este medio ofrecía
grandes libertades creativas a una generación de directores
con inquietudes y ganas de innovar. Al contrario que Sidney Lumet,
Arthur Penn o John Frankenheimer, que se especializaron en la
realización de dramas en directo, Jewison se decantó
desde un principio por el género musical..
Primero para la BBC y más tarde para la
CBS, durante la década de los 50 Norman Jewison se encargó
de revitalizar espacios musicales como "The Big Revue"
o "Your Hit Parade", contratando a estrellas como Frank Sinatra,
Danny Kaye o Harry Belafonte. No obstante, en 1962 y tras uno
de sus mayores éxitos, "The Judy Garland Show",
decidió abandonar el negocio televisivo y trasladarse a
Los Ángeles para rodar películas.
Su debut cinematográfico se produjo con
Soltero en apuros (1963), un vehículo de lucimiento
de Tony Curtis cuyo éxito le abrió las puertas de
la Universal. En los dos años siguientes, dirigió
para la Universal tres comedias ligeras, The Thrill of It All,
Send Me No Flowers y El arte de amar, las dos primeras
junto a Doris Day.
Sin
embargo, Norman Jewison no estaba del todo satisfecho con los
guiones que le ofrecían en la Universal, y comenzó
a buscar un proyecto de más peso. La oportunidad le llegó
cuando la Metro Goldwyn Meyer le contrató para sustituir
a Sam Pekimpah en El rey del juego (1965), una historia
de jugadores profesionales protagonizada por Steve McQueen y Edward
G. Robinson. En su siguiente película, la comedia satírica
¡Que vienen los rusos!, Jewison pudo ejercer por primera
vez de director y productor, lo que le proporcionó un control
sobre todo el proceso productivo de sus películas que ya
no abandonaría.
¡Que vienen los rusos! proporcionó
a Norman Jewison en 1967 su primera nominación al Oscar
a la Mejor película, premio que alcanzaría apenas
un año después con uno de sus trabajos más
conocidos, En el calor de la noche. Protagonizado por Sidney
Poitier y Rod Steiger, este thriller antirracista conmovió
fuertemente a una sociedad estadounidense por entonces inmersa
en el movimiento por los derechos civiles, y obtuvo cinco oscars
en la ceremonia de 1968.
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