Doce monos: Regreso al pasado

Terry Gilliam alcanzó uno de los mayores éxitos de su carrera con este thriller de ciencia ficción de 1996

Carlos Leal

Tras conquistar las cimas del humor absurdo e irreverente con los "Monty Python", a finales de los 70 Terry Gilliam, el único miembro estadounidense del grupo, decidió afrontar una carrera en solitario como realizador. Y si sus primeros trabajos, como Jabberwocky o Los héroes del tiempo, mostraban una influencia evidente de los "Monty Python", en 1985 Gilliam disipó cualquier duda sobre su personalísima voz y su indiscutible talento visual con Brazil, que en buena medida contribuyó a la reformulación de la ciencia ficción en los años 80.

Diez años después de su primer gran éxito cinematográfico, Terry Gilliam decidió retornar al género con Doce monos. "Mi mujer dice que hago siempre la misma película, sólo cambio los disfraces", explicaría el director a la revista belga Cinopsis; "con Doce monos, he regresado sobre las huellas de Brazil".

Como proyecto, Doce monos era francamente atípico. Por segunda vez en su carrera, Gilliam aceptaba trabajar sobre un guión ajeno, obra de Janet y David Webb Peoples, y que además se basaba en una película anterior, el mediometraje experimental "La Jetée", de Chris Marker. Y aunque Terry Gilliam reconoce que no la había visto cuando rodó Doce monos, muchas de las ideas de "La Jetée" permearon la película, como su peculiar tratamiento del tiempo o las referencias a Vértigo, de Alfred Hitchcock.

El reparto de Doce monos es igualmente peculiar: protagonizan la cinta Bruce Willis, en uno de los mejores papeles de toda su carrera, y un por entonces emergente Brad Pitt, que consiguió un Globo de Oro y una nominación al Oscar al mejor secundario gracias a este papel. A Terry Gilliam le costó aceptar el protagonismo de Bruce Willis, a pesar de que el actor rebajó considerablemente su caché para participar en la cinta; antes de empezar el rodaje, le envió una lista de clichés dramáticos en los que no debía incurrir.

El rodaje resultó un tanto complicado por el perfeccionismo de Terry Gilliam, conocido por el equipo como "el factor hámster" después de que el director obligara a repetir una toma durante todo un día porque un hámster en el segundo plano se negaba a correr en la rueda. Las experiencias de la producción quedaron reflejados en el documental "The Hamster Factor and Other Tales of Twelve Monkeys", de Keith Fulton y Louis Pepe, la pareja responsable de Lost in La Mancha.

Doce monos supuso el mayor éxito en la carrera de Terry Gilliam en solitario; recaudó más de sesenta millones de dólares sólo en Estados Unidos, y estuvo nominada a dos Oscars. Más de una década después de su estreno, hoy en día sigue siendo una película de culto con cientos de seguidores.

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