Sergi López
Un buen chico
Carlos Leal -
Nuestros vecinos de arriba, tan chauvinistas como siempre, aún consideran a Sergi López "un actor francés de origen catalán", y en cierto modo no van tan desencaminados, porque este habitante de Vilanova i la Geltrú, población en la que nació hace treinta y cinco años, aún le debe bastante más a la industria francesa que a la española. Allí debutó en el cine en 1992, en un pequeño papel en la película La petite amie d'Antonio, de Michel Poirier, que obtuvo mientras estudiaba en la Escuela Internacional de Teatro de Jacques Lecoq, en París.
Cinco años y dos películas después el propio Michel Poirier le abrió las puertas de la fama en Francia al permitirle protagonizar la comedia Western, en la que interpreta a un viajante de zapatos que establece una extraña amistad con un inmigrante ruso en la campiña francesa. Al año siguiente, en 1998, apareció por primera vez en el cine español con un pequeño papel en el drama coral Caricias, de Ventura Pons. Desde entonces, la carrera de Sergi López no ha frenado ni siquiera para coger carrerilla, como atesiguan las más de veinte películas que ha rodado, entre España y Francia, desde entonces.
Entre las causas de su éxito está su indudable solidez interpretativa, que es probablemente la principal causa de que casi todos los directores que han contado con su colaboración en alguna película se encuentren deseosos de repetir la experiencia. Entre sus máximos partidarios se encuentra sin duda el director francés Michel Poirier, con quien desde su debut ha colaborado ya en cinco películas, Ventura Pons, quien dos años después de Caricias le propuso interpretar a un asesino profesional en Morir (o no), y Miguel Albadalejo, que le llamó después de su pequeño papel en Ataque verbal para uno más jugoso en El cielo abierto, en la que compartía protagonismo con Mariola Fuentes.
Quizá lo peor que se pueda decir de Sergi López es que, especialmente en el cine francés, se le ha encasillado con demasiada frecuencia en papeles de persona amable y bonachona, probablemente debido a su aspecto. No obstante, esta imagen comenzó a cambiar con Harry, un amigo que os quiere, en la que Sergi López construye un personaje en apariencia encantador pero que esconde un terrible lado oscuro.
Ahora, tras debutar en el cine inglés junto a Audrey Tatou en Dirty Pretty Things, de Stephen Frears, Sergi López regresa a nuestras pantallas con Janis y John, una comedia francesa en la que interpreta a un timador de poca monta metido en un gran embrollo. En el fondo, es un buen chico.
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