En
el año 1989, Steven Soderbergh se presentaba en Hollywood
con una magnífica tarjeta de visita, una comedia con fondo,
de carácter y estilo independiente (con un presupuesto
algo superior a un millón de dólares), que él
mismo había escrito y dirigido. Se trataba de Sexo,
mentiras y cintas de vídeo, que, desde su presentación,
estaba llamada a convertirse en un hito del cine independiente;
en un mismo año, la película logró la Palma
de Oro en Cannes y una nominación a los Oscars. Por el
camino, echó una mano al incipiente Festival de Sundance,
en un momento en el que la muestra apenas pasaba de ser una reunión
de amigos con dificultades económicas para rodar sus guiones.
Sin embargo, tras el éxito de su película, Soderbergh
se fue a Francia, a rodar una tortuosa historia centrada en la
figura de Kafka, abandonando de esta forma a la celosa comunidad
"indie" y empleando, desde ese momento, mayores presupuestos,
una estética diferente, grandes estrellas y estudios que
distribuyesen sus filmes. La culminación de ese camino,
llegó el pasado año con el apabullante éxito,
tanto comercial como de crítica, de dos de sus películas:
Erin Brockovich y Traffic, y el posterior estreno
de la taquillera Ocean´s Eleven.
Pero, probablemente, Soderbergh echaba de menos
la frescura de aquel primer rodaje, alejado de los divismos a
los que se había ido acostumbrando. Por eso, cuando el
debutante Coleman Hough hizo llegar a sus manos el guión
de Full Frontal, Soderbergh no lo pensó dos veces
y decidió enviarlo a todos sus amigos, asegurándoles
que él mismo filmaría la película. Daba igual
quién lo interpretase: el filme sería independiente
de raíz, con un presupuesto reducido y normas que todos
debían respetar. Ni corto ni perezoso, el director de Ocean´s
Eleven añadió una página al libreto antes
de echarlo al correo, en ella se especificaban ciertas normas
que aquél que aceptase un papel debía cumplir: todos
debían llegar al set de filmación en su propio coche,
no habría camerinos especiales, ni peluqueras, ni encargados
de guardarropa, ni catering oficial...
La
primera en apuntarse al reto fue Julia Roberts, que rebajó
bastante su caché para trabajar de nuevo con Soderbergh.
Su partenaire finalmente fue Blair Underwood (el abogado
de color en la serie televisiva "La ley de Los Ángeles")
y acompañándolos a los dos aparecen en Full Frontal
una pléyade de secundarios, entre los que se cuentan nombres
tan ilustres como Brad Pitt, que se interpreta a sí mismo,
David Duchovny, el cineasta David Fincher o Terence Stamp. La
película se rodó en sólo 18 días,
sin salir de Los Ángeles.
"El lema de la película es que a cualquiera
le viene bien un descanso, un respiro, y yo lo necesitaba",
afirmó Soderbergh en una entrevista reciente. De los presupuestos
argumentales que sustentan el filme, poco se sabe; la sinopsis
oficial explica que se trata de la historia de siete personas,
muy diferentes entre sí, que se encuentran de una forma
completamente inesperada. También el título del
filme ha sufrido variaciones durante el periodo de producción:
desde The Art of Negotiating a Turn, en un principio, a
How to Survive a Hotel Room Fire, más tarde, hasta
el definitivo Full Frontal, sugerente título que
ha llevado a más de uno a pensar que Julia Roberts se desnudaría
en el filme.
Pero, a pesar del empeño independiente
de Soderbergh, Full Frontal tampoco ha escapado a los tentáculos
de la industria, encaranada en los ejecutivos de Miramax que primero
presionaron al director para que acabase cuanto antes su filme,
aprovechando así el tirón de los Oscar y, mas tarde,
han decidido retrasar hasta el mes de agosto el estreno americano
para hacerlo coincidir con el décimotercer aniversario
de Sexo, mentiras y cintas de video. Y es que, en estos
días, hasta el más independiente tiene que pasar
por caja.
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