En China, a las orillas del río Wang-Poo,
bajo los ruidos propios del trasiego portuario, crece la inagotable
ciudad de Shangai. Muy lejos, a miles de kilómetros, en
la rivera mediterránea, otra urbe comercial parece mirar
a su lejana hermana china imaginando una ciudad mítica,
que se aleja de la suciedad gris de lo cotidiano, escenario de
aventuras exóticas donde los héroes llevan a cabo
sus hazañas. Sin embargo, Shangai también puede
estar a la vuelta de la esquina, bajo las marquesinas gastadas
del Cine Rovira, desplegada ante los ojos de un adolescente ansioso
por imaginar un lugar que lo desembarace de la pesada carga de
la realidad diaria.
Ese
chico se llama Dani, tiene catorce años y le gusta dibujar.
Su padre murió en la guerra y ahora vive solo con su madre.
Sus mejores amigos son el libertario Capitán Blay, Finito,
un pilluelo que se fuma las clases, y Susana que está enferma
y es hermosa. Su madre, la de ella, trabaja en el cine Rovira
donde Dani pasa muchas tardes viendo películas. Su favorita:
El embrujo de Shangai, el clásico que en 1941 protagonizaron
Gene Tierney y el musculoso Victor Mature.
Las razones por las que Fernando Trueba se ha decidido
por afrontar esta adaptación literaria del autor catalán
Juan Marsé, tras su relajado trabajo en el documental Calle
54, las ha dejado bien claras el propio realizador: "Yo
nunca escojo los proyectos. Dejo que ellos me escojan a mí.
Siempre tengo la cabeza llena de idas, novelas, guiones, etc...
Unas vienen y otras van. Algunas te enganchan, te agarran y no
te sueltan. Cuando eso ocurre, comprendes que tienes que hacer
la película. Esó me ocurrió con la novela
de Marsé y con sus personajes", asegura.
Unos personajes que estarán encarnados por
actores que el cineasta conoce bien, ya que la mayor parte de
ellos han actuado previamente en los filmes de Trueba. Es el caso
de Fernando Fernán Gómez (el capitán Blay),
Rosa María Sardá (su esposa), Ariadna Gil (Anita,
la madre de Susana), Antonio Resines (Kim, su esposo y padre de
Susana) y Jorge Sanz, en el papel de un luchador republicano opuesto
al chuleta fascistoide de La niña de tus ojos. Las
principales novedades las aportan los niños, encabezados
por Fernando Tielve, a quien Trueba conoció en el rodaje
de El espinazo del Diablo. Con él, estarán
la debutante Aida Folch y el ganador de un Goya por El Bola,
Juan José Ballesta.
Pero,
sin duda, la gran protagonista de la película es Barcelona,
por la que Trueba siente especial predilección. "Siempre
he adorado esta ciudad. Cuando tenía 17 años me
venía en auto-stop. Aquí se respiraba un aire menos
oprimente que en Madrid. Era como entrar en una película
de Fellini", afirma. Las dificultades han llegado a la hora
de reconstruir partes de la ciudad condal tal y como eran en el
año 1948. Para ello, el equipo ha necesitado más
de tres meses de producción en la tarea de localizar y
reconstruir ciertos edificios como la portada del cine Rovira.
El grado de realismo que se logró puede evaluarse con un
dato sencillo: al ver la fachada del antiguo cine de nuevo en
pie, una de las vecinas más viejas no pudo evitar echarse
a llorar, embargada por la emoción de ver de nuevo el desaparecido
edificio. El estreno de la película se espera para el mes
de marzo
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