Título:
Un verano en la Goulette

Director:
Férid Boughedir

Intérpretes:
Michel Boujenah, Claudia Cardinale

País y año:
Túnez. 1996

Fecha y lugar:
31 de marzo. Pabellón de Uruguay.
17:30 y 20:00.
Entrada con invitación gratuita.

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Un verano en la Goulette

Por José Serrano Rodríguez

Vivir el día a día nos hace olvidar que estamos en el siglo XXI, en el siglo de la construcción de Europa, en el siglo de la estabilización de la sociedad del biene s t a r. Pero no todo son compras de grandes casas, adquisición de coches de última generación y pelotazos bursátiles. También es el siglo de las guerras, de las matanzas, de los fanatismos y de los desastres naturales. Podríamos discutir si la historia ha ofrecido otras variantes de estas afirmaciones. Pero me temo que no. Lo que sí es seguro es que nos estamos lanzando piedras contínuamente.

“Un été à La Goulette” la segunda película del director tunecino Férid Boughedir habla de que en esta tierra es posible vivir en armonía, y lo hace, narrando la historia de Yo u s e ff, un árabe musulmán, sus amigos Jojo, un judío tunecino, y Giuseppe, un católico originario de Sicilia. Los amigos tienen tres hijas de 16 años, Meriem, Gigi y Tina, tan amigas como sus padres.

Durante una fiesta las chicas flirtean con muchachos de otros credos y es entonces cuando empezarán los problemas y los conflictos entre las familias. Reflejo de la intolerancia universal a que estamos acostumbrados a lo largo de la historia. De fondo en las emisoras de radio hablan del inminente estallido de una guerra. Estamos en el verano de 1967.

“Un été à La Goulette” habla de la convivencia entre tres religiones a través del paso de la cámara de una casa a otra. Através del paso de la niñez a la edad adulta. Yesta convivencia no sólo es posible sino beneficiosa. Cuando la cámara entra en una casa nos está mostrando una cultura, una forma de convivencia, una forma de entender la vida. Así pasamos de la cultura islámica a la judía, de la judía a cristiana....Los juegos de mesa de los adultos permiten intercambiar comidas y puntos de vista. Y en la película quedan como magnífica dinámica de comunicación que permite que las adolescentes experimenten lo mismo. Cada cual conserva sus tradiciones, su cultura y su forma de vivir y al mismo tiempo, la convivencia con el resto se desenvuelve en un ambiente de concordia y afecto.

Uno de los rasgos que hace de “Un été à La Goulette” una obra de sumo interés es la apuesta del director por trabajar con suma sensibilidad los temas de la inocencia y de la multiculturalidad. Que las hijas de los tres protagonistas sean adolescentes no es un hecho casual, al contrario, se convierte en relevante ya que con su presencia y con sus actitudes posibilitan en un alarde de prodigiosa naturalidad ser los verdaderos elementos que hacen evolucionar la historia. Para la cámara de Boughedir la inocencia de las edades tempranas así como la candidez y el deseo de conocer, nos trasladan en esta película a un lugar idílico, una especie de paraíso que nos montamos en la niñez y consigue convertir a este barrio – La Goulette - de la ciudad de Túnez, en una especie de oasis de paz, fiesta y sosiego en la tierra. Paraíso, que se vuelve zona de guerra cuando entran en escena las personas adultas al imponer sus creencias, sus fanatismos,sus miedos y su intolerancia.

¿ Y yo digo una cosa, por qué no aprovechar todo el potencial de generosidad que tenemos las personas adultas? ¿Por qué estamos siempre con la piedra en la mano dispuestos a lanzarla sabiendo que nos será devuelta? ¿Es racional que aún haya gente que sufra y muera por guerras, intolerancias y fanatismos? Yo me quiero ir a La Goulette, a bañarme en sus playas, a comer con su gen-te, a disfrutar de tus ojos verdes.............

La película se proyectó en numerosos festivales, desde Berlín pasando por Valladolid donde el que escribe esto aplaudió a rabiar.