Título:
Luz que agoniza

Director:
George Cukor

Intérpretes:
Ingrid Bergman, Charles Voyer

País y año:
Estados Unidos. 1944

Fecha y lugar:
11 de noviembre. Pabellón de Uruguay.
17:30 y 20:00.
Entrada con invitación gratuita.

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Luz que agoniza

Por Juan José Roldan

Basada en una mediocre pieza teatral de Patrick Hamilton titulada “Angel Street”, ya llevada al cine por Thorold Dickinson en 1940, con Anton Walbrook y Diana Wynyard, esta película de George Cukor ha pasado a la historia por ser uno de los más refinados y conseguidos ejemplos de melodrama de intriga gótico, tan de moda en los años 40 (“Rebeca”, “Secreto tras la puerta”, “Sospecha”, “ Voces de muerte” son sólo algunos de los ejemplos más destacados).

Cuenta la historia de una mujer cuyo marido, un malvado ladrón de joyas y fracasado pianista, intenta volverla loca con fines delictivos. El título original, “Luz de gas”, obedece a un doble sentido. Por un lado se refiere a la clásica iluminación de principios del siglo XX en las calles de Londres (acentuada en la película por ser uno de los efectos con los que Paula Alquist, el personaje interpretado por Ingrid Bergman, cree estar delirando). Ypor otro se refiere a la clásica expresión con la que todos alguna vez nos hemos referido al hecho de creer que algo raro esté pasando, por perder algún objeto o no recordar algo que hemos hecho, o situaciones similares). En España el título original fue transmutado en “Luz que agoniza” para no confundirla con la versión de 1940, que entre nosotros alcanzó notable popularidad; un detalle que hoy parecen no tener en cuenta los distribuidores (véase si no “Insomnio” de Chus Gutiérrez, e “Insomnio” de Christopher Nolan).

Cuenta la leyenda que cuando Metro-Goldwyn-Mayer decidió adaptar esta obra de teatro, sus gerifaltes acordaron destruir todas las copias existentes de la versión británica, para evitar cualquier comparación con el original. Yo, y todos los que la hemos visto, damos personalmente fe de que eso no ocurrió así, y si ocurrió no consiguieron ciertamente su propósito.

Ingrid Bergman consiguió el papel tras haberle sido ofrecido a Heddy L a m a r r, y después de que hubiese sido un proyecto de la Columbia para que lo protagonizara Irene Dunne. Por azares de la vida fue, sin embargo, éste el papel que le reportó su primer Oscar de Hollywood (luego lo alcanzaría en dos nuevas ocasiones, por “Anastasia” en 1956 y por “Asesinato en el Oriente Express” en 1974), interpretando admirablemente el difícil papel de una mujer ciegamente enamorada de un hombre que no es lo que ella cree que es. Más que como film de intriga, “Luz que agoniza” se presenta como un melodrama, cuyo principal motivo es el tormento que ha de sufrir la protagonista, enamorada de quien sólo es un espejismo, algo que George Cukor debió conocer bien, a juzgar por su aparentemente desastrosa vida sentimental y (homo)sexual. Yes ahí donde la cinta contiene su mayor interés, en ese retrato de progresivo deterioro mental y sentimental de una mujer que sufre el maquiavélico juego del hombre del que está enamorada, y que, al final, cual hermosa crisálida, metamorfosea en espíritu fuerte y combativo.

Como curiosidad, Ingrid Bergman volvió a interpretar un papel parecido en “Atormentada” de Alfred Hitchcock, donde Joseph Cotten, aquí detective y salvador de la heroína, interpretaba precisamente el papel de marido destructor. El reparto se completa con Charles Boyer, que ya antes había interpretado el papel de galán que utiliza a las mujeres con deshonestos propósitos, en “Si no amaneciera” de Mitchell Leisen. Y una jovencísima Angela Lansbury como doncella, cuyos diálogos están plagados de connotaciones picantes tan inusuales para la época.

Además del premio a la mejor actriz, la cinta consiguió el de mejor decoración en banco y negro, seguramente por el talento del equipo de Cukor para recrear una puesta en escena que combinaba elegancia formal con la creación de ambientes opresivos. Además obtuvo otras cinco nominaciones, incluida mejor película.