Dibuk

La acción transcurre en la Jerusalén moderna. Esta adaptación contemporánea de la clásica historia de dos amantes malhadados reafirma el potencial infinito del amor para trascender todos los obstáculos uniendo lo emocional a lo divino. Desde su nacimiento, Hanan y Lea estuvieron destinados el uno al otro, una promesa realizada por sus padres y escuchada en el cielo . Pero la muerte de los padres de Hanan separa a los niños durante el resto de su infancia. Ya hecho un hombre, Hanan vuelve a Jerusalén para una breve visita y se encuentra con Lea. Inconscientes de su pasado común, despiertan el uno en el otro un amor profundo e irrevocable, que ignora el hecho que vienen de mundos opuestos e irreconciliables. Pero cuando Hanan va a visitar al padre de Lea, Sender, se lo trata con frialdad y lo echa. En una escena que es parte memoria y parte visión, Hanan es testigo de la muerte de sus padres y la ascensión al cielo de sus almas en forma de dos lechuzas blancas. Hanan tiene un colapso y lo llevan a cuidarlo a una yeshivá, un centro de estudios de los ortodoxos judíos. Las visiones míticas del Manzanar Sagrado persuaden a Hanan que su amor puede convertirse en la “perfecta pareja espiritual” y para lograrlo desencadena poderes cabalísticos inéditos. Ni siquiera la muerte podrá separarlos: una poderosa afirmación del poder infinito del poder del amor para trascender todos los obstáculos uniendo lo emocional con lo divino.