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Director: Intérpretes: País y año: Fecha y lugar: |
Ángel Por Juan José Fernández
Se trata de una típica historia triangular, cuyos vértices son una dama de la alta sociedad (Marlene Dietrich), su marido (Herbert Marshall) y su amante (Melvyn Douglas). Al igual que en títulos anteriores, Lubitsch aborda con naturalidad y un humor no exento de cierta amargura, temas considerados peligro - sos por la puritana sociedad yanqui, en este caso el adulterio. Una deslumbrante Marlene, muy alejada de aquel otro Ángel -el azul- y de su protector Josef Von Sternberg, es aquí la mujer sofisticada que se debate entre la fidelidad a su esposo y la pasión de un amor imposible. En una secuencia memorable, asistimos a la cena que reúne a los tres protagonistas. En el momento de mayor tensión, la cámara cambia su emplazamiento y se traslada a la cocina, para una vez allí, dejar que sean los criados (impagables secundarios) quienes nos informen del resultado. De modo similar, la separación de los amantes es sugerida a través del gesto compasivo de una anciana. Atendiendo a este y otros muchos detalles, la película va adquiriendo forma y estilo propio, mientras Lubitsch -con su puro y su cara de niño travieso- se divierte haciéndonos cóm - plices de su inagotable ingenio. Aunque Ángel no suele incluirse entre las grandes obras del director alemán, sí es representativa de su época dorada como jefe de producción de los estudios Paramount. Por aquel entonces, este príncipe disfrazado de cineasta regaló al mundo media docena de joyas en las que derrochó ironía, elegancia, vitalidad y sentido del espectáculo. François Truffaut supo expresarlo de manera convincente: En la banda sonora de un film de Lubitsch hay diálogos, rui - dos, música, pero también están en ellas nuestras risas. Es esencial. Si no, no habría película. |