Sinopsis

 El universo de Fausto es sofocante: ideas que harán temblar el mundo nacen en el espacio reducido en el que se mueve. Es un pensador, un portavoz de ideas, un transmisor de palabras, un maquinador, un soñador. Un hombre anónimo empujado por instintos básicos: el hambre, la codicia, la lujuria.

Comentario

 El ruso Alexander Sokurov saltó al estrellato del cine de autor hace diez años con El arca rusa. Hace unos meses, el Festival de Venecia le concedió el León de Oro a la Mejor Película por Fausto, que se estrena ahora en los cines españoles. Se trata de una personal adaptación del mítico personaje y que es la última entrega de una tetralogía cinematográfica acerca de la naturaleza del poder. Las anteriores entregas se cimentaron sobre figuras históricas reales: Adolf Hitler (Molock); Vladimir Lenin (Telets), y el emperador Hirohito (Solntse). “Fausto es como una figura de cera en el museo de la historia, ese lugar conquistado por una legión de hombres sin alma en busca de una brizna de poder, o de una breve historia de amor”, afirma Sokurov.

Curiosidades

 El interés de Sokurov por Fausto ya era patente. En su película La solitaria voz del hombre, hay una cita de ‘Doctor Fausto’ de Thomas Mann que dice: “El arte es espíritu, y el espíritu no necesita comprometerse con la sociedad o la comunidad. No debe hacerlo, en mi opinión, para honrar a su libertad y a su nobleza. El arte para el pueblo es miserable”.

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