Texto: Vanessa Pascual.
Fotos: Archivo


Geoffrey Rush

El camaleón australiano

En la ceremonia de los Oscars de 1997 un desconocido australiano obtenía el premio a la mejor interpretación masculina. Pero no era éste el único premio que este maduro actor recibía en ese mismo año por el papel protagonista en el largometraje Shine, anteriormente se le había galardonado con un Globo de Oro. Este éxito sorprendió incluso a los productores de la película que, en principio, se negaron a producirla si no se contaba con una "cara conocida" para la interpretación del controvertido pianista David Hefgott (papel protagonista).

Con Kate Winslet en QuillsGeoffrey Rush, a sus 45 años, demostró con este personaje una seguridad y una profesionalidad adquiridas a lo largo de su larga carrera. Quizás fueron éstas cualidades las que le llevaron a pronunciar un discurso cargado de ironía y cierto rencor al recibir el dorado Globo: "Para todas aquellas personas que estaban dispuestas a producir la película siempre y cuando yo no participase en ella..." Éste, sin duda, sería el comienzo de una fructífera carrera cinematográfica que le depararía merecidos premios y nominaciones.

Sin embargo, éstos no eran los primeros trabajos del camaleónico Rush. Su carrera abarca más de 70 producciones teatrales, como su interpretación del bufón de El rey Lear, de Warren Mitchell; o su participación en Esperando a Godot junto con el ahora archiconocido Mel Gibson (incluso llegaron a compartir piso). Más tarde, durante los primeros años de los 80, se unió a la compañía Lighthouse de Jim Sharman, sumando a su carrera numerosas interpretaciones de personajes del teatro clásico. Sin dejar el teatro a un lado, Geoffrey Rush actuó en diversas producciones australianas como Hoodwink (1981), Starstruck (1982), de Gilliam Armstrong; Twelfth night (1987), de Neil Armfield.

En 1996 interpretó al complicado protagonista de la película Shine, obteniendo elogios generalizados por parte de la crítica y el público de todo el mundo. En ese mismo año, participó en dos importantes producciones: Call me Sal y Children of the Revolution, junto a Judy Davis y Sam Neill. Desde este momento, Rush es aclamado internacionalmente, realizando papeles en las oscarizadas Elizabeth (1998) y Shakespeare enamorado (1998); aunque no menos importantes son sus intervenciones en Oscar y Lucinda (1997) y Los miserables, en el personaje del inspector Javert, compartiendo cartel con Liam Neeson y Uma Thurman.

Geoffrey Rush destaca, en cada una de sus interpretaciones, por una veracidad incuestionable, así como por el modo inmejorable con el que lleva a cabo la construcción de sus personajes. En este sentido cabe destacar su actuación en House on Haunted Hill (1999), producción no demasiado aclamada por el público y la crítica, en la que deja ver un abanico importante de registros en su interpretación del multimillonario magnate de los parques temáticos Steven Price, que organiza una macabra fiesta de cumpleaños para su consentida esposa.

Durante el año que siguió, Rush realizó la interpretación de un personaje que ha marcado significativamente la historia, y que le brindó la posibilidad de volver a optar al Oscar: el paradójico y atrevido Marqués de Sade. Este importante aristócrata, inconformista ante todo, constituyó uno de los mayores escándalos durante el siglo XVIII, tras la revolución francesa, y aún hoy sigue conmocionando a la opinión pública. Quills (Letras prohibidas: La leyenda del marqués de Sade) recrea los últimos días de la vida de este curioso personaje, padre del término sadismo, con un guión cercano al thriller y a la comedia negra más agresiva. Compartiendo reparto con Joaquim Phoenix, Michael Caine y Kate Winslet, este curtido australiano logra una actuación que, aunque finalmente no le proporcionó el Oscar, se ha mostrado como un canto a la falta de tolerancia y como forma de tener en cuenta la libertad de expresión como principio fundamental de todo ser humano.

Junto a Pierce Brosnan en El sastre de PanamaTras esta indiscutible variedad de personajes interpretados por Geoffrey Rush, ahora se enfrenta a otro gran reto: Harry Pendel, un ex delincuente originario de los barrios bajos de Londres que se ha convertido en un popular sastre que trabaja para los hombres más ricos y poderosos de Panamá. El filme, que se proyectará en las salas españolas el próximo día 15, está basado en una novela de John le Carré que gira en torno a las fantasías de este imaginativo sastre y su relación con el implacable y seductor espía británico Andy Osnard, interpretado por Pierce Brosnan.

El sastre de Panamá, dirigida por John Boorman, se muestra como una sutil mezcla de suspense y comedia negra centrada en la época de la guerra fría, con el aliciente de comprobar el resultado de las clases particulares que ha tenido que recibir Rush para poder desenvolverse como sastre. De ahí las declaraciones que hizo respecto a su profesión: "Son impresionantes los conocimientos que adquieres trabajando en una película. Tuve que fingir ser Rachmaninoff en Shine y ahora tengo que confeccionar un chaleco para El sastre de Panamá".

 

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